domingo, 31 de octubre de 2010

Literatura Tunecina


Literatura Tunecina

Dentro del panorama global de la literatura árabe magrebí, la correspondiente tunecina se conoce históricamente como Ifriqiyya. La literatura de Iffiqiyya comienza su desarrollo a partir del siglo XI, cuando en los centros urbanos notables del país (Qayrawán, Túnez, Mahdia, etc.) laboran unos cuantos poetas de cierto valor: Ibrahim, al-Husrá (m. 1022), lbn garaf, m. en al-Andalus (1068), Ibri al-tallá' y al-Kafif al-HusrI- (m. 1095). De la misma época es el gran antólogo y crítico de la literatura lbn Raá-lq (m. 1064). El brillante estado hafsí que gobierna Túnez a partir del siglo XIII promueve un interesante movimiento literario del que son exponentes los poetas Ahmad al-Gassiini, Garaf al-Din Ab5-1-Fad1 y Abu Zakariyá' (m. 1249), primer sultán hafsí independiente.
Como la emigración andalusí llega también a Túnez, tunecina es en buena parte la obra de los levantinos llm al-Abbár (m. 1260), secretario del sultán; lUázim almQartá~anni (m. 1285), autor de una casida elegíaca por la pérdida de la zona oriental de al-Andalus, y el polígrafo Abií-1-Hal~á~ de Baeza (m. 1255). Esta emigración andaluza, en la que se mezcla lo popular, lo intelectual y lo artesano, contribuye a dar a la cultura de Túnez una impronta particular, celosísimamente conservada hasta nuestro tiempo. La figura más grande de la literatura tunecina, el mayor historiador árabe de todas las épocas y uno de los primeros de la historia de la Humanidad, es otro descendiente de andalusíes: 'Abd al-Rahmán b. Jaldun (v.; m. 1406).
A mediados del siglo XIX, y aprovechando la relativa independencia de que los gobernadores o beys tunecinos disfrutan en ciertos asuntos, se inicia en Túnez un levísimo despertar literario, con figuras como Muhammad Qabadú. Es el momento en que se afianza la prensa naciente (v. X) y cuando unos grupos de ulemas, como en la vecina Argelia, emprenden una labor de erudición y estudio de cuestiones específicamente islámicas que se continúa luego brillantemente, y que tiene gran repercusión en la formación de una élite intelectual contemporánea, de la que son representantes Hasan Husní 'Abd al-Wahháb (1883-1967) y Muhammaá al-Fááil ilm 'Al-ur. Contemporáneo suyo es el poeta clásico y cortesano Muhammad Jaznadar (m. 1954).
Hacia 1925 irrumpe una generación de jovencísimos poetas, cuya obra será después dramáticamente tronchada en general, entre los que destacan 'Abd al-Razzáq Karabáka (n. 1904), Mahm-úd Burguiba (n. 1910) y sobre todo Ab5-1-Qásim al-Ia-*bbi (1909-34), el más grande poeta tunecino y uno de los espíritus más sensibles de la literatura árabe contemporánea. Colega suyo es el raro y bohemio 'Al¡ al-Du'á~-i (m. 1949), y algo posteriores el narrador Balir Iráyaf (n. 1917), que escribe preferentemente en árabe dialectal, y MahmÚd Mas'adí, dramaturgo de interés.
Con la independencia empieza a dejarse oír la voz de la joven generación de escritores, que plantea una problemática bastante afín a la de sus coetáneos en otros países árabes, dada la menor dimensión del país, y sus más suavizadas diferencias ideológicas y sociales. Algunos nombres que destacan en este joven plantel son los de los poetas Mustafá Fársi, al-Tilátli y Nur alDin Samúd, y los de los prosistas Muhammad R. Hamzáw-i y Ná~¡ya Támir.


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