sábado, 16 de octubre de 2010

Eduardo Mendoza gana el premio Planeta 2010 con una novela de intriga y reflexión

literatura

Eduardo Mendoza gana el premio Planeta 2010 con una novela de intriga y reflexión

16.10.10 - 00:42 -
Elvira Lindo, Javier Sierra y Javier Marías deberán esperar una año más. Riña de gatos, una historia sobre la Guerra Civil española, de Eduardo Mendoza, se ha adjudicado el Premio Planeta, el galardón mejor dotado de las letras españolas.
Tras triunfar en los años ochenta con una novela ambientada en la ciudad condal, Eduardo Mendoza (Barcelona, 1943) recibe ahora el mayor reconocimiento de su carrera con una obra desarrollada en Madrid. En época de crisis y en un contexto de descenso de las ventas, también en el sector del libro, la editorial apuesta por un valor seguro y un escritor consolidado.
Mendoza, que entraba en las quinielas, se impuso a Carmen Amoraga, que se alzó como finalista de esta LIX edición del premio literario, con la novela El tiempo mientras tanto. Mendoza se embolsa un cheque de 601.000 euros y Amoraga (Picanya, Valencia, 1969), uno de 150.250.
El autor de La ciudad de los prodigios, que se presentaba bajo el seudónimo de Ricardo Medina, firma un relato que se traslada a la primavera de 1936. Un joven inglés que es experto en pintura española antigua viaja a España para tasar un posible Velázquez desconocido, pero en Madrid ya se anuncia lo que será la Guerra Civil... Como ya adelantó el jurado el jueves durante la presentación del premio, este año ha estado marcado por la temática relacionada con la contienda española.
“Es una novela de intriga y no quiero desvelar muchas cosas”, ha dicho. “Pero hay aventuras, misterio y reflexión sobre un momento histórico como es la preguerra civil”. Según Mendoza se trata de un libro que “plantea dilemas morales al lector que tiene que posicionarse en varios aspectos”. En una narración en la que intervienen personajes reales y de ficción, Mendoza ha considerado que la “guerra civil cada vez interesa más porque tenemos que asimilarla de una vez históricamente”. “Todos tenemos que reflexionar sobre el tema”, ha concluido.
Amoraga, que concursaba con el nombre oculto de Lord Jim, presenta una obra de madre e hija. Una mujer cuya hija ha sufrido un accidente automovilístico y está en coma, recuerda el pasado y las borrascosas relaciones que mantuvo con la joven. Amoraga ya fue finalista del Nadal en 2007.
Abogado metido a escritor
Hijo de un fiscal y una ama de casa, Mendoza estudió Derecho, profesión que ejerció hasta 1973 para irse a Nueva York como traductor de la ONU.
Fue en Estados Unidos donde escribió su primera novela, La verdad sobre el caso Savolta, en 1975. Su título original era Los soldados de Cataluña, pero tuvo que cambiarlo debido a problemas con la censura franquista. En 1983, Mendoza regresó a Barcelona, pero siguió ganándose la vida haciendo traducción simultánea en organismos internacionales. En 1986 publicó La ciudad de los prodigios, novela en la que se muestra la evolución social y urbana de Barcelona entre las dos exposiciones universales de 1888 y 1929, y considerada por la crítica como su obra cumbre.
Mendoza ha sido premio de Crítica por La verdad sobre el caso Savolta, premio Ciudad de Barcelona por La ciudad de los prodigios, finalista del Premio Grinzane Cavour en la categoría de Narrativa extranjera (Italia) por La ciudad de los prodigios, premio al Mejor Libro Extranjero (Francia) por Una comedia ligera, premio al Mejor Libro del Año, otorgado por el Gremio de Libreros de Madrid, por La aventura del tocador de señoras, premio Fundación José Manuel Lara por Mauricio o las elecciones primarias y premio Pluma de Plata por El asombroso viaje de Pomponio Flato. Cuatro de sus principales obras han sido adaptadas al cine.
 
 

BIOGRAFÍA

Mendoza, el último eslabón de los grandes autores catalanes en castellano premiados

Han tenido que pasar más de treinta años para que el escritor catalán gane el premio más importante de su dilatada carrera literaria

16.10.10 - 00:06 -
El escritor Eduardo Mendoza (c) recibe el Premio Planeta de novela de manos de la ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde (i). / Efe
Eduardo Mendoza, autor de novelas como La verdad sobre el caso Savolta o La ciudad de los prodigios, ha cerrado el triunvirato de grandes autores catalanes que escriben en castellano que han ganado el premio Planeta, junto a Juan Marsé y Manuel Vázquez Montalbán. Curiosamente, sus dos compañeros de generación ganaron el Planeta sucesivamente en 1978 y 1979, con La muchacha de las bragas de oro y Autobiografía de Federico Sánchez, respectivamente.
Han tenido que pasar más de treinta años para que Mendoza gane el premio más importante de su dilatada carrera literaria, aunque siempre fue un escritor refractario a presentarse a galardones literarios y nunca ocultó su rechazo a los fastos que acompañan a este tipo de eventos.
Hijo de un fiscal y de una ama de casa, Mendoza nació en Barcelona el 11 de enero de 1943, y desde niño quiso ser torero, explorador y capitán de barco, pero el ambiente culto que había en su casa le llevó a ser un lector infatigable, cosa que, sin duda, influyó en su futura vocación. Entre 1965 y 1972 viaja por varios países de Europa, se establece dos años como becario en Londres y a su regreso trabaja como abogado en el caso Barcelona Traction y en la asesoría jurídica del Banco Condal, lo que le permite familiarizarse con el lenguaje jurídico y burocrático, que luego parodiará en algunas de sus novelas.
A finales de 1973 abandona Barcelona para irse a Nueva York como traductor de la ONU, y dos años después publica su primera novela, La verdad sobre el caso Savolta, cuyo título original, Los soldados de Cataluña, suscita el recelo de la censura franquista. Unos meses después muere Franco y el libro se convierte en precursor de un cambio y es saludado como "la primera novela de la transición democrática".
La parodia como rasgo distintivo
En 1979, Mendoza se revela en El misterio de la cripta embrujada como un gran parodista, capaz de reducir al absurdo una de las vetas que encerraba su primera novela, en el que mezcla la novela negra y el relato gótico, que gira alrededor de un humor exacerbado hasta el paroxismo. La tilde paródica sigue acentuando su narrativa en su siguiente obra, El laberinto de las aceitunas (1982), una novela negra similar a la anterior, con el mismo escenario y el mismo protagonista, un extraño detective que es cliente de un manicomio. Aunque regresa ese mismo año a Barcelona, Mendoza sigue dedicando unos seis meses al año a la traducción simultánea en distintos organismos internacionales.
En 1986, publica su novela más ambiciosa y aplaudida, La ciudad de los prodigios, que no sólo le convierte en una figura crucial de la literatura española, sino que consolida Barcelona, en la antesala de los JJOO, como el personaje literario que comenzó en la segunda parte del Quijote.
En los siguientes años publicó Sin noticias de Gurb (1990), que previamente había presentado como un folletín por entregas en el diario El País; El año del diluvio (1992); Una comedia ligera (1996); La aventura del tocador de señoras (2001); El último trayecto de Horacio Dos (2002); Mauricio o las elecciones primarias (2006) y El asombroso viaje de Pomponio Flato (2008), en el que mezcla y parodia el género histórico, el policíaco y la hagiografía.
Aunque dedicado básicamente a la novela, un género del que, en unas provocativas declaraciones y en una polémica conferencia en la Universidad Menéndez Pelayo, aventuró su muerte, Mendoza ha cultivado también el ensayo, como en Baroja, la contradicción, el teatro, siempre en catalán, con piezas como Restauració, y el relato, como en Tres vidas de santos (2009).
 

 
Biografía

Carmen Amoraga, finalista del Planeta después de ser finalista del Nadal

Con este reconocimiento, la periodista ve como su vocación literaria comienza a consolidarse

16.10.10 - 00:13 -
 
Después de ser finalista en los dos premios literarios españoles más importantes, el Nadal y el Planeta, la escritora y periodista María Carmen Amoraga Toledo ve como su vocación literaria comienza a consolidarse.
Nacida en la localidad valenciana de Picanya en 1969, Amoraga se licenció en Ciencias de la Información por el CEU San Pablo de Moncada y trabajó como periodista en el diario Levante. En 1997, obtuvo el II Premio Ateneo Joven con su primera novela, Para que nada se pierda. Su segunda novela, Todas las caricias, mantuvo la mirada positiva de la crítica.
En 2007, la autora valenciana fue finalista del Premio Nadal con la novela Algo tan parecido al amor, el relato de diferentes tipos de amor centrado en la vida de tres amigas, un reconocimiento con el que ella misma confesó que había empezado a tomarse definitivamente "en serio" su carrera literaria. Amoraga, que también obtuvo el premio de la Crítica Valenciana con Para que nada se pierda, reconoce que el "realismo mágico" de sus primeras novelas fue evolucionando hacia un estilo "más directo y ágil", hacia una forma de escribir "más realista y positiva", en la que se reconoce la impronta de sus colaboraciones periodísticas.
Pese a que los temas con los que confecciona sus tramas suelen circunscribirse al universo de la mujer, se muestra reacia a catalogar su obra dentro de una supuesta "literatura femenina", una etiqueta que sería "simplificar" tanto como decir que "los autores rubios escriben literatura de rubios".
Tras el nacimiento de su primera hija, Carmen, escribió Todo lo que no te contarán sobre la maternidad, un libro, a modo de guía, que además incluye su experiencia personal y entrevistas a diversas personalidades sobre sus experiencias personales, así como Palabras más, palabras menos, una recopilación de sus artículos en prensa.
 
 

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