Revelaciones
Margarito Escudero Luis
Sacar provecho de la tragedia
“El agua siempre busca camino”. Es la frase que mucha gente dice cuando hay algún descuido al taponear el paso del líquido.
Y ya hablando de mega tapones, pues el daño es mucho mayor.
Algunas personas que han vivido toda su vida en Coatzacoalcos mencionan muy seguras de sí, que en la zona donde se ubica un centro comercial y en frente se encuentra la colonia Teresa Morales, había una laguna donde se acostumbraba ir de pesca.
Obviamente, esa laguna se alimentaba de varios arroyos que venían de diferentes partes.
Asimismo, informan que justo donde hoy luce majestuoso un gimnasio municipal, en ese mismo rumbo, pasaba uno de los arroyos mencionados.
Habrá que buscar más datos sobre estas informaciones que, de ser verídicas, estamos ante un caso de negligencia descomunal, pues es sabido que “el agua siempre busca camino” y si su paso natural ha sido bloqueado por “el desarrollo y progreso de la sociedad”, pues tendrá que ubicar su paso por donde pueda. En estos momentos de tanta destrucción a casusa del agua, se dice que una corriente o “agua en movimiento”, de 60 centímetros de alto puede arrastrar con fuerza a una persona adulta. Ahora imaginemos lo que puede hacer una corriente de agua que se está alimentando por días continuos de lluvia.
Si las versiones de arroyos y lagunas en ese sector de la ciudad son ciertas, entonces ya sabemos cual es la causa de las inundaciones que ahí se dieron.
De la misma manera se puede explicar el colapso de la sexta etapa del malecón costero. De alguna manera esa zona era un paso de agua hacia el mar que fue bloqueado deliberadamente para que nada impidiera “el progreso de Coatzacoalcos”. Ahora podemos ver que por una obra mal hecha, se tiene que pagar el doble, además que la primera inversión son millones de pesos tirados a la basura.
¿Hay responsables?
Por supuesto que algunas de las inundaciones que sucedieron el lunes a causa de la torrencial lluvia, se pudieron evitar si las obras que provocaron el taponamiento del paso natural del agua se hubieran planeado tomando en cuenta ese “pequeño detalle”.
Estamos hablando de los aspectos donde interviene la administración pública. Pero también, el mismo motivo hizo que se derrumbaran las casas den Ciudad Olmeca y las construcciones particulares que sufrieron daños severos a causa de las corrientes de agua.
Y la misma causa será, sin duda, para muchos de los puentes, caminos, edificios públicos y privados, que colapsaron al paso violento del agua, las casas hechas con materiales endebles y asentadas en zonas de riesgo.
También se dice que el lugar donde hoy se asienta Ciudad Olmeca era una laguna y toda la zona poniente de la ciudad se caracterizaba por ser área de médanos, mismos que ya fueron arrasados “en aras del progreso” y esas bardas naturales protegían de alguna manera aquella parte que no estaba habitada. Hoy, sin médanos y con lagunas y arroyos desaparecidos, pues los resultados están a la vista.
Si bien se trata de una temporada de lluvias atípicas, es decir, que no ocurren con frecuencia, pero que de ninguna manera es la primera vez que ocurren en la región, pues personas mayores aseguran que “antes” llovía por semanas enteras y no había desgracias que lamentar. Todo mundo ya sabía que llegaba la temporada de lluvias, se respetaban los pasos naturales de agua y el gobernador no tenía que andar poniendo orden cuando llovía a cántaros.
Las inundaciones del Playón Sur en Minatitlán eran ya parte de la tradición, lo mismo en la calle 26 de Abril y parte de la calle Simón Bolívar, también en Mina.
Claro que “antes” no había tanta gente como ahora, las colonias eran menos y, por lo tanto, las necesidades también eran menores. Pero como que se vivía un poco más apegado a la naturaleza, respetando los ciclos y haciendo las obras de acuerdo con proyectos acordes al entorno.
Hoy se corren muchos rumores de que los contratistas reparten mucho dinero entre los políticos. Es bien conocida la anécdota del “diezmo” y para que un proyecto resulte beneficiado con la venia del jefe en turno, pues abaratan los costos de la obra para que “alcance para todos”.
Visita de Duarte
Javier Duarte de Ochoa realizó un recorrido por las colonias Manantiales y Fertimex de Coatzacoalcos el jueves por la mañana y anunció la creación de un programa para reubicar a las familias que viven en zonas de alto riesgo.
Ante la desesperación de las personas afectadas por las inundaciones, giró instrucciones para elaborar un censo de las familias afectadas.
Trajo muchas promesas, pues aún no está en funciones y ofreció gestionar apoyos para aquellas familias que sufrieron afectaciones en sus viviendas y puedan rehabilitarla.
Tuvo mucho cuidado en decir que no está en campaña y que no necesita posicionarse pues ya es gobernador electo.
Las consecuencias del temporal
Pues el desastre que dejó la fuerte lluvia del domingo y lunes pasados, apenas comienza a sentirse, no sólo en las partes donde pegó con fuerza el agua, donde hubo inundaciones y fuertes corrientes que arrasaron con viviendas, caminos y puentes.
El corte de caminos y carreteras principales ya está causando estragos, por lo pronto no hay paso de San Andrés Tuxtla hacia Veracruz puerto y entre la población hay una sensación de aislamiento.
Se dice que empiezan a escasear víveres, lo que parece muy prematuro, también hay quejas de que no hay gasolina. Ese será sólo el comienzo.
Mientras, en Minatitlán, el que puede sacarle provecho a la situación, lo hace. Lancheros subieron su tarifa por viajes muy cortos, como de ir del malecón de Minatitlán hasta donde se encuentra el transbordador están cobrando 150 pesos. Abusivos.
Comentarios a : mexmel@gmail.com
Para entender este texto primero habría que leer el que se envió originalmente, que está abajo.
Saludos.
COMENTARIO:
Saludos.
COMENTARIO:
Estimado Sr. Margarito:
Está usted totalmente en lo cierto. Hay exceso de población, pero también exceso de irresponsabilidad. Lo que se cuenta en este texto acerca de los cobros de algunas constructoras o la avaricia de algunos dueños de estas constructoras, es totalmente cierto. Y con tal de conseguir la obra no pasan por el proceso de concurso ni por ningún otro, eso sí, el proceso de mordida es su gestión natural.
Estas empresas no hacen ningún tipo de estudio edafológico antes de efectuar la construcción. Les da exactamente igual encontrar agua durante las excavaciones o suelos arcillosos que no soportarían las estructuras o pudieran incluso deslizarlas. En lugar de eso elevan el precio original de la obra, con la excusa de materiales adecuados para estos suelos no aptos para construcción.
En cuanto a los cauces de los ríos, construír sobre ellos es lo que ha provocado el caos que hoy se vive en varios estados de la república. VillaHermosa, por ejemplo, era una laguna natural. Un lugar no apto para edificar, sin embargo lo hicieron. Había mucho dinero de por medio.
En Orizaba, la circunvalación se hizo sobre el cauce natural de los escurrimientos de volcán, y hasta hoy día es intransitable cuando llueve. Si la lluvia es fuerte saltan las tapas de los drenajes, y el caos es mayor. Se convierte en un verdadero río. El río que ha sido siempre. Para colmo, hace alrededor de un año y medio, quizás dos, se asfaltaron todas las calles con el Dragón Rojo, y se taponaron todos los drenajes de agua, por lo que Orizaba jamás se inundaba. Hoy, y gracias a que no se tuvo el cuidado suficiente al asfaltar, se inundan calles y viviendas. Y Circunvalación está bardeada permanentemente con costales, que no sólo no sirven para nada, sino que además cierran parte de la vía, provocando caos vehicular a horas punta.
En Veracruz y Boca del Río sucede exactamente lo mismo. Se ha construído sobre lagunas naturales, sobre los desagües naturales de los escurrimientos de las lluvias. Y eso las empresas constructoras deben saberlo, y de no saberlo están incurriendo en negligencia. Pero además, a las autoridades les da igual el asunto. Para ellos cobrar regalías, sin preocuparse de lo que pueda sucederle a la gente asentada en estos encharcamientos naturales, es lo único que interesa, y como los períodos son cortos, y se olvida quién estuvo o quién permitió en cierto momento la construcción, los culpables por neglicencia y avaricia, desaparecen. Pero no es sólo ésto. Tampoco se hacen desazolves ni se limpian las riberas de los ríos, sabiendo de antemano la cantidad de materia orgánica que arrastran los ríos tan grandes que hay en las zonas tropicales. En fín, que para que estas cosas sucedan no es necesario únicamente que haya un año de lluvias atípico, sino que los humanos colaboramos en gran medida, especialmente las autoridades, que no cumplen con su trabajo, y sólo se enriquecen a costa del pueblo, el que no les interesa lo más mínimo.
Estos sucesos son dignos de una denuncia internacional por inacción, por negligencia y por robo.
Un saludo.
Laura Fernández-Montesinos
Laura Fernández-Montesinos
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